RETRATOS DEL ALMA
1. ¿Cómo son en espíritu? Esencia.
2. ¿Cómo son en la tierra? Forma.
Inspiración: Rebirth
Mira los elementos geométricos aquí marcados
Hace ocho años nació Rebirth, una obra que encarnaba la transformación vital de una familia: abandonar lo antiguo para renacer.
Hoy esa fuerza simbólica se extiende a quien busca codificar su propio viaje interior.
La obra se sustenta en geometría sagrada: dos triángulos —uno ascendente y otro invertido— se intersectan en la cabeza del ave, uniendo cielo y tierra, materia y espíritu.
Una espiral áurea atraviesa la composición, guiando la mirada desde las sombras hacia la luz.
Las hojas doradas indican aprendizajes integrados, las flores simbolizan apertura del alma, y los colores se eligen para resonar con la vibración emocional del viaje.
Tu alma hecha obra. Un reflejo vivo que respira contigo y te recuerda tu propósito.
Inspiración: Tríptico
Este tríptico muestra cómo un Retrato del Alma puede codificar el viaje interior mediante símbolos, geometrías y narrativa visual.
Inspirado en el proceso de individuación de Jung, cada panel representa una fase del alma en su camino hacia la expansión. Cada panel revela una fase distinta del alma en su transformación:
- David (izquierda): El hombre dormido: el ego petrificado que empieza a ser invadido por las flores (consciencia)
- New God (centro): La reconexión; el instante en que la grieta entre humano y consciencia se cierra, y el alma recuerda su propósito
- Growing Red Forest Above the City (derecha): El florecimiento del espíritu: la naturaleza interior que se expande sobre la civilización, símbolo del renacer consciente.
PROCESO DE CREACIÓN
1. Escucha y acompañamiento
El proceso comienza contigo.
A través de una conversación guiada y un método propio de base holística, abrimos un espacio de conexión profunda.
En él, recuerdos, emociones y símbolos personales emergen de forma natural para construir el mapa interior que dará forma a la obra.
Cada palabra, imagen o sensación se convierte en materia prima del Retrato del Alma.
2. Creación pictórica: la alquimia
Con la información obtenida, inicio la fase de pintura.
Empleo geometrías sagradas, estructuras narrativas y un lenguaje simbólico que traduce tus vivencias en forma, color y composición.
Cada trazo encierra una intención: transformar las emociones en belleza y convertir tu historia en una obra única que respira contigo.
3. Integración en el espacio
Una vez terminada, la obra se ancla en su entorno.
No se cuelga: se integra, encontrando el punto exacto donde dialoga con la luz, las proporciones y la energía del lugar.
Allí se convierte en un puente entre lo visible y lo invisible, un foco de armonía y propósito que transforma la atmósfera del espacio y a quienes lo habitan.